Bueno, hoy es Nochevieja, hoy se acaba el año 2012. Ahora que tan solo quedan cuatro horas para que se acabe, me pongo a pensar y a mi mente solo viene felicidad, es como si los malos momentos desapareciesen. Si os digo la verdad no quiero que se acabe, ha sido un buen año, el mejor del que tengo constancia. He hecho muchas cosas y he conocido a mucha gente con la que he pasado muy buenos momentos, y los que he pasado con los que ya conocía han sido mucho mejores.
Este año ha sido tan bueno por muchas cosas, por el viaje a Namour, por Irlanda'12, por las Fiestas de San Roque, así como las del Santo Cristo, la semana en Mollina dando a conocer al ciervo volante y muchos más momentos con los que podría escribir un libro y aún no nombraría todos.
Y he de agradecerlo a todos los que han pasado el año 2012 conmigo, sobretodo a mis amigos de la Peña (se llame Zuriak, Jarra y Pedal o como sea, lo que importa no es nombre si no quienes le damos vida). Además he de nombrar a mis compañeros de clase (de Ciencias, Letras y Sociales) y a mis chicos Ciervo Volante en especial. Tampoco me olvido de mis amigos conocidos en los viajes a Bélgica e Irlanda, así como a los geólogos de la Semana de Inmersión de la Universidad de Geología.
Pero hay alguien a quien le tengo que dedicar esta entrada sobre este año, o me temo que ya nunca podré hacerlo. A mi amigo Santiago Julián Rodriguez. Espero, Santi, que me disculpes por no haberte dedicado ninguna entrada hasta ahora desde que te fuiste a Argentina. Te echo mucho de menos, hemos sido amigos desde que llegaste (hace 6 años) y cuando me dijiste que te volvías pensaba que nunca llegaría ese día. Ahora ya llevamos 4 meses sin ti y me alegra recordar los momentos que pasamos juntos. Las acampadas ya nunca serán lo mismo sin ti. Espero que algún día Jorge, Alberto y yo podamos ir a visitarte y que volvamos a hacer las mismas tontadas. Gracias.
